El sencillo camino de la contemplación
Ese sencillísimo poema de Andrés González me despertó bastantes cosas en la cabeza, pocas líneas alcanzaron para mover un engranaje mental y devolverme las ganas de escribir y mirar con mi cámara lo que me rodea.
Para muchas personas leer ese poema puede ser una experiencia irrelevante o aburrida, para su autor debió ser un momento de iluminación, sin ser un monje que dedicó toda su vida a meditar a la sombra de un árbol mientras escribía esas palabras fue un ser iluminado. Por unos instantes se convirtió en un Buda, se levantó de su escritorio, fue a su jardín, realizó otras actividades y al despertar volvió a ser Andrés Gonzalez, un Andrés como tú y yo.
Esa experiencia se la dio leer a otros iluminados como Meng Hao-Jan y la contemplación de ver las cosas como son, prestar atención para darse cuenta del milagro que es el camino de un caracol.
Una persona común (que dedica su tiempo a cosas de adultos serios como obtener dinero, reconocimiento, consumir incansablemente y llenar todos los espacios de ocio con productividad o scrolleando el abismo de las apps) vería como un disparate tomarse el tiempo de ver el lento recorrido de un caracol. Pero alguien con pequeños destellos de iluminación, con algo que llaman mente de principiante (de la que los niños son expertos) de inmediato y gracias al asombro de lo cotidiano sentiría gratificante darse el tiempo para dicha actividad.
En una Selección de poetas japoneses menores de 12 años aparece un Haikú que me vuela la cabeza por su simpleza y perfección escrita por alguien que al momento de plasmarlo tenía 6 años:
Los niños y los iluminados nos enseñan el sencillo camino de la contemplación: maravillarnos con lo cotidiano, prestar atención con ojos nuevos, la vía para siempre hacer fotografías que resulten satisfactorias no está en viajar al otro lado del mundo sino en ver los milagros de todos los días.
4 Comentarios
Antonio
Bonitas fotografías y estupenda introducción. Saludos
Iram Ortega
¡Te agradezco mucho! Gracias por tomarte el tiempo de leer, ver las fotos y dejar un comentario, lo valoro mucho
Anna Alba
Muy bonito! Mantener la mirada maravillada y fascinada de un niño..Valorar lo cotidiano, los pequeños detalles que nos rodean. No lo tendríamos que olvidar nunca.
Iram Ortega
Ojalá lo tengamos siempre presente, muchas gracias por tomarte el tiempo