Volver a mirar el musgo
Justo como puedes distinguir la voz de un ser amado en el tumulto de un cuarto ruidoso o reconocer la sonrisa de tu hijo(a) en un mar de caras, una conexión intima permite reconocimiento en un mundo de anonimato cotidiano. Éste sentido de conexión surge de un tipo especial de discernimiento, una imagen que viene después de un largo tiempo invertido en mirar y escuchar. La intimidad nos da otra forma de mirar cuando la agudeza visual no es suficiente.
― Robin Wall Kimmerer
Hay una anécdota contenida en el libro «Gathering Moss: A Natural and Cultural History of Mosses» de Robin Wall Kimmerer en donde su autora relata que su ex-esposo no podía concebir la fascinación de la profesora y escritora por el musgo. Para tal sujeto el musgo «no era más que un tapiz para que algunas de sus fotografías se vieran mejor».
Las fotografías de esa persona seguramente no son muy buenas si no se da el tiempo de conocer (y respetar) lo que fotografía.
En los orígenes latinos de la palabra respetar fuentes rastrean su origen como «volver a mirar».
Respetar algo o a alguien es no quedarse con la primera mirada, esa que hace decir que ese verde resplandeciente del musgo sólo es un elemento más en mis fotos, que la persona que estoy retratando poco o nada tiene que ofrecer. Sino conocemos lo que retratamos difícilmente obtendremos resultados buenos.
La mirada cambia si nos adentramos a un bosque y sus entrañables conexiones sabiendo de las mismas, conociendo las especies que lo habitan y el milagro del musgo y pasto que pisamos. De igual forma si quitamos la barrera del lente para conocer a las personas que retratamos esa conexión hará que las fotografías mejoren instantáneamente.
Conocer es expandir la mirada.
Toma una hoja en blanco e intenta escribir acerca de los quarks de la física de partículas o sobre el producto interno bruto de Yemen sin saber nada al respecto y por más adornado que esté el resultado será pobre. Haz una fotografía de algo que no sientas conexión ni sepas nada al respecto y el resultado será el mismo.
Saber acerca del musgo te permite fotografiarlo mejor, te abre los ojos de un mundo diminuto. Respetar y conocer a la persona que estás retratando mejorará tu fotografía más allá de los aspectos técnicos.
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